lunes, 18 de octubre de 2010

HIMNO AL COLEGIO SAGRADO CORAZÓN


R. M. MARÍA DE MARTIRI
Era el año 1955. El colegio Sagrado Corazón había adquirido la categoría de Colegio Nacional desde 1943. Además, la orden religiosa Franciscanas Misioneras de María había creado el Instituto Técnico Industrial, el cual funcionaría por más de 25 años, gracias a la eficiente gestión de su directora, R.M. María de Martiri, (1954 -1968).

Una mañana, de ese memorable año, seguramente por influencias del Sagrado Corazón, patrono de la institución, las hermanas franciscanas decidieron que era tiempo de que la familia del Sagrado Corazón tuviera un himno que reflejara el sentir de sus miembros. Y es así, que invitaron a cumplir tan honrosa misión a dos personas ilustres de la comunidad: las hermanas  en Cristo y de sangre, Aidé  y Trinidad Dávila Noriega. Ambas compusieron la letra y música; pero contaron con el arreglo musical definitivo del maestro Lorenzo Luján Durján.

Desde entonces,  generaciones de mujeres, una tras otra, han cantado el himno del Sagrado Corazón y con sus voces, han logrado hacer vibrar los corazones de propios y extraños, pero sobre todo, de que quienes siempre nos hemos sentido orgullosas de pertenecer a tan ilustre familia.  En las letras de nuestro himno se resume el propósito de nuestra alma máter y de sus fundadoras: educar mujeres, formar ciudadanas dignas que valoren sus tradiciones, su historia, que amen el estudio, que sientan gratitud por sus maestros y por su escuela.

Colaboraciòn de RM Elvira Salinas


HIMNO DE LA I.E.PS. “SAGRADO CORAZÓN”

Con cálidos acentos entonemos
himno de amor y gratitud, al
templo que la ciencia nos señala
con ideal de juventud, al templo
derrotero de una vida activa y
feliz, impregnada del suave aroma
de la virtud.

Muy alta la mirada, la mente muy
Serena, marchemos siempre unidas
hacia las cumbres del saber, la
vida nos sonríe como eterna
primavera, azul será su cielo si
el recuerdo  llevamos del  Sagrado Corazón.

Las aulas que un día acogedoras
nos invitaron a estudiar,
testigos silenciosos siempre
fueron del bullicio estudiantil,
grabado para siempre quedará en
nuestra memoria su recuerdo, que
evocamos son  sumo amor.

A nuestros profesores, no, nunca
olvidaremos, ellos fueron
bienhechores que nos mostraron
la verdad, alumnas del colegio
de nuestro pecho brote y resuene
nuestro grito ¡Arriba, siempre arriba,
el “Sagrado Corazón”!

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